Mila Chiovatto – la educación en museos debe ser líquida

¿En cuál contexto trabajas como una educadora de arte?

Mila Chiovatto: Actualmente soy Coordinadora del Núcleo de Acción Educativa de la Pinacoteca del Estado de São Paulo, desde 2002. En esta posición, gestiono varios equipos que actúan junto a distintos tipos de público.

¿Con quién trabajas?

MC: Trabajo con un equipo de cerca de 25 personas que llevan diversas funciones, desde coordinadores de programas educativos a educadores de público escolar, asistentes administrativos, etc.

¿Cómo describirías tu entendimiento de la educación del arte?

MC: Para facilitar la comprensión de algo tan grande y complejo, suelo utilizar una serie de frases clave que condensan ideas potentes en este campo:

EL ARTE TRANSFORMA
Para quien educa en y con artes, ese es un hecho tan evidente que parece ridículo que sea invisible a los demás. Pero el arte – por su potencial expresivo, intelectivo, poético y comunicativo – tiene esa potencia: la de reverberar en cada uno y estimular cambios de paradigma.

EL ARTE TIENE MÚLTIPLES SIGNIFICADOS
Para mí, el ejercicio del debate estético, en el cual es posible comprender, aceptar y percibir la coexistencia de distintas significaciones dadas a los objetos de arte por individuos distintos, sería un medio poderoso para estimular la convivencia y respeto mutuo en un mundo tan caótico y de verdades tan intransigentes como el nuestro. Hay que percibir y valorizar este aspecto del arte en el diálogo.

EL ARTE ES UN PRETEXTO PARA EL DIÁLOGO
Frente al objeto de arte, es posible comenzar una simple charla. Al carecer de función objetiva en la sociedad y al permitir múltiples significados, el arte ofrece también la oportunidad para cambiar estas significaciones.

EL ARTE DICE LO QUE DICE, Y OTRA COSA, Y MÁS ALLÁ
Además de distintos significados, el arte puede tener significados cada vez más profundos para un mismo individuo. Como que compuesto por capas, es posible accionarlas una y otra vez, tan solo dejándose impregnar por el arte.

EL ARTE HACE PARTE DEL MUNDO, DE LA HISTORIA Y DE NOSOTROS
Al ser una manifestación humana, todo cuanto es del arte es también de nosotros. Y por ello, habla acerca de uno (independientemente de lo que a uno le gusta y quiere). Y de ese modo, puede contar nuestro mundo para al futuro.

EL MUSEO ES PARA TODOS
El museo es para todos, no solo por ser un espacio público, sino, también, por tener esa función: ser público. El museo debe servir a todos y sin distinción.

EL MUSEO ES PARA CADA UNO
Cada uno tiene el derecho de pasearse por los espacios de un museo y crear, con los objetos que allí se encuentran, su significación propia y particular.

LA EDUCACIÓN EN MUSEOS ES UN EJERCICIO DE MEDIACIÓN
Mediación es una estrategia de educación, que puede ser combinada con otras estrategias. La mediación indica la inserción del educador en un proceso de escuchar, paso a paso, al arte y al visitante, creando un tándem posible de significados entre esos dos agentes. Es un término que viene del área del derecho, que significa encontrar un buen término entre dos agentes discordantes. En este caso, la mediación no indica un lugar físico, de quedarse en medio y entre, traduciendo los aspectos del arte para el visitante, sino más bien lo contrario, es decir, un agente que puede llegar a buen puerto entre la significación posible creada por el visitante y el que la obra ofrece con su presencia física, qué construye y qué es en cuanto presencia física.

LA EDUCACIÓN EN MUSEOS DEBE SER LÍQUIDA
La educación en museos debe ser líquida. La idea de liquidez es un concepto que viene del teórico Zygmunt Bauman, que propone que la época contemporánea desconstruye las estructuras rígidas que existían en la sociedad en la modernidad. Como por ejemplo, pensar en una familia en la época moderna, padre, madre e hijos, y hoy día, pensar en una familia que puede ser dos madres, un hijo y un perro – y otras innúmeras variaciones.

Con esa falta de estructura, otro proceso de articulación es lo que la educación en arte debe y debiera ser. De modo que la educación responde tanto en términos de contenido como en términos de metodología, lo que el público supone, lo que el público demanda y pide. La educación en el museu de arte no se construye a priori: es organizada y se organiza durante el proceso mismo de la visita a museos. Y, en este scenário, certamiente el educador en arte tiene que ser creativo y utilizar distintas metodologias, contenidos y maneras de charlar, rearticulando constantemetne el acto educativo.

¿Cómo describirías la relación entre educación y arte?

MC: Como intrínseca. En realidad, el arte puede ser un mecanismo de educación o la educación puede incluir el arte en su proceso. Educación y arte se retroalimentan porque el arte es un quehacer constitutivo del ser humano.

¿Por qué tratas de mediar el arte (contemporáneo)?

MC: Porque trabajo en un museo. Esa institución se ha alejado sistemáticamente de la sociedad. Desde su resurgimiento como palacio abierto, supuso una voz que llega desde un nivel superior; ofrecía al pueblo la oportunidad de otear, entre visillos, las maravillas de la vida burguesa y de la corte. Esa herencia todavía se encuentra plasmada en las mentalidades de gran parte de la sociedad y, muchas veces, de algunos empleados del propio museo.

El arte parece haber seguido o por un camino idéntico o por un derrotero semejante, al distanciarse – aparentemente – de lo que es comprensible al público.

Desde mi punto de vista, el arte contemporáneo es una expresión de las más fáciles de mediar, puesto que habla de hoy, y por tanto de mí, de nosotros. Basta que eso se le desvele al público para que la conexión se rehaga y ese arte, aunque lejos de las bellezas fáciles de otras épocas, pueda tener sentido para los más distintos públicos.

¿Por favor describa cual es, en su opinión, la relación entre el funcionamiento como un conservador / curador y un educador de arte?

MC: Puedo como mucho describir cómo, a mi juicio, debiera ser la relación entre esos dos profesionales de museo. La institución museo nace ya de una paradoja y de ahí creo que deriva su más profundo desafío. Es una institución responsable por salvaguardar manifestaciones de la cultura humana, cuidarlas, estudiarlas y protegerlas, sin dejar de comunicar esas mismas manifestaciones, es decir, exponerlas, difundirlas – en fin, exponerlas también al riesgo.

Como profesionales especializados, a veces tendemos con más vehemencia hacia uno de los lados de este delicado eje en el cual se asienta la estructura del museo.

Así pues, en algunos momentos el equilibrio es algo duro de alcanzar. Por otra parte, otro gran reto del campo museal es la idea de poder. Normalmente, los curadores entienden el museo como un libro, escrito por ellos, para sus pares. Es decir, tiene un discurso a difundir – no problematizarlo o ponerlo a prueba, pero sí mostrarlo. Eso conlleva algunas situaciones conflictivas con los deseos de los educadores, que ven el museo como una plaza hacia la cual todos están invitados y pueden relacionarse de manera equitativa, sin jerarquía.

Lo ideal es que esas dos vertientes pudiesen tener la misma relevancia social y laboral dentro de la institución y la misma fuerza de voz para decidir los caminos de la institución.

Sin embargo, lo que ocurre la mayoría de las veces es que los curadores consideran los educadores como inferiores a ellos y responsables por hacer una especie de “traducción” de sus discursos a lenguajes inteligibles a los diversos públicos frecuentadores del museo. Por otra parte, nosotros los educadores somos especialistas en público y, por ello, desarrollamos en realidad otro tipo de peritaje, tan importante para la supervivencia de la institución como el conocimiento sobre las manifestaciones que el museo conserva.

¿Qué importante son la educación y la mediación del arte para un museo?

MC: Es como siempre digo: mi sueño es que no fuese necesario tener educadores en los museos. Mi sueño, y que considero ideal, es que los museos fuesen educativos por su propia naturaleza. Eso no significa que la educación en los museos no es importante; todo lo contrario, es – o debiera ser – el propio corazón de la institución, su verdadera razón de existir.

¿Qué instituciones proporcionan la oportunidad de hablar de nuestra experiencia personal con / respectivo el arte?

MC: Si no lo hacen, los museos deberían hacerlo. En realidad, el museo debería ser el foro, espacio de conversación, un “conversatorio”, en el sentido de poder propiciar la experiencia personal respectiva al arte, que el arte demanda de cada uno de nosotros, como instancia primera de la relación entre público y arte.

¿Hasta qué punto hace enseñar / mediar que el arte proporciona la oportunidad a acciones concretas para el publico?

MC: Como decía Anísio Teixeira, un pedagogo brasileño, enseñar arte – basándose en los estudios de John Dewey – no sirve tan solo para enseñar sobre arte, sino, también y principalmente, para enseñar sobre la vida. Por eso el arte es una experiencia.

¿En tu opinión personal, cuáles son los criterios para mediar con éxito el arte? ¿En tu punto de vista, qué es sobre todo difícil sobre ello?

MC: La satisfacción de las personas respecto a ese contacto. La cuestión numérica, de cuántas personas se atiende, es un criterio flojo y absolutamente extraño, foráneo, al universo de la mediación en arte. Lo que es interesante es cuánto las personas pueden, privadamente, en términos propios, apropiarse de los contenidos del arte, para la creación de sus propias significaciones.

La cuestión número dos, desde mi punto de vista – y que es muy difícil en ese proceso de mediación en arte – es entender que el arte que está en los museos y en los espacios de exposición no debe seguir el currículo escolar y creo que muchas instituciones patinan en esa equivocación. El arte es mucho más potente que la historia del arte nos hace ver – o que cree y nos hace creerlo –, que el arte tiene significados mucho más vastos que la historia del arte es capaz de darnos, e incorporar esos factores en los procesos de mediación de un espacio expositivo. Por eso, insisto en una educación que sea líquida, es decir, que no sea pensada a priori del encuentro con el público, sino creada, desarrollada, mediada a partir del encuentro y de las expectativas del público durante el proceso de visita.

¿Has desarrollado un método especial o una estrategia innovadora con la cual trabajas?

MC: Nuestra metodología está pensada a partir de esa liquidez, es decir, de la falta de conducción específica de un determinado tema, asunto, o guión predeterminado para al encuentro con el público.

De este modo, lo que importa considerar es la propuesta de un diálogo con el público delante de la obra, al efecto de garantizar la atribución de significados propios, legitimados por la voz del educador, que frente al público representa la figura de autoridad del museo.

Otra cuestión importante es incluir, además de la percepción y de los ejercicios de percepción, una comparación con el texto de las obras, principalmente el aspecto interpretativo de las obras. Y a partir de ese fenómeno, utilizar esos planteamientos y esas respuestas para construir lo que uno llama “Propuesta Poética”, que son actividades no necesariamente del quehacer artístico, sino del quehacer poético, que pueden ser en artes visuales, baile, música, poesía, etc., y que pueden contribuir para no tan solo una significación personal, sino, también, una incorporación, al efecto de pasar al cuerpo significados atribuidos a las obras durante el proceso de visita.

¿En que sigues trabajando en este momento?

MC: En este momento me centro en generar cada vez más momentos de lo que llamamos “dispositivos de autonomía de visita” – estoy muy empeñada en este tema –, que sirven para garantizar que dentro del espacio del museo existan mecanismos que aunque no esté el educador, el público pueda tener un proceso de mediación simplemente reflexionando sobre los procesos de visita, comparando obras, percibiendo aspectos de algunas obras, y para ello, la mediación estaría dispersa en el propio cuerpo del museo.

Un ejemplo de eses dispositivos es la propuesta “Arte en Dialogo”, que atraviesa la exhibición de largo plazo de la colección del museo. Esa muestra presenta obras de arte sobretodo brasileña desde el periodo colonial hasta los años 1930. Con fines de favorecer el establecimiento, por parte del público, de comparaciones y relaciones con las obras expuestas y con los discursos de la curaduría, en 7 de las 11 salas de exposición, fueran seleccionadas, inseridas en el espacio mismo de la muestra y presentadas con textos escribidos por la educación (presentando más preguntas que informaciones), obras de arte modernos y contemporáneo. Con el subtítulo de “observar imágenes y relacionar ideas”, proponemos que el público al encuentrar con estas obras pueda reflexionar sobre ellas, crear sus propias interpretaciones e intercambiar ideas entre sí. La cuestión primera que proponemos para todas las obras exhibidas en esta propuesta es: Que aproxima y que diferencia estas obras de las demás presentas en esta sala?
Sin presentar respuestas concretas, lo que estas preguntas hacen es promocionar la percepción, comparación y reflexión en el visitante.

¿Cuál libros, proyectos etc. eran/son importantes para tu trabajo – y por qué?

MC: Siempre un montón. Principalmente John Dewey y sus ideas de lo que es arte y arte como experiencia – se trata de un texto fundamental. Jorge Larrosa con sus escritos sobre educación, y qué es ser un educador; habla del arte de la poesía, pero en el arte visual. Ana Mae Barbosa, teórica brasileña, que dio inicio a los procesos de reflexión sobre arte principalmente en el campo escolar, pero también en el museo. Maria Helena Wagner Rossi, también teórica brasileña, que estudió en forma longitudinal la aplicación de las metodologías de la lectura visual. Eilean Hooper Greenhill, teórica inglesa, que ha contribuido mucho para la idea de un museo cada vez más participativo en el sentido de inclusión. George Hein y sus escritos sobre museo y principalmente el concepto de educación. Elliot Eisner y sus conceptos de arte y educación en arte. Esos son los principales; he dejado un montón fuera, pero creo que esos son los fundamentales.

¿Hay una pregunta especial la cual te gustaría preguntar a un educador de arte?

MC: ¿Qué crees que es educación en arte y cómo hacerla?

¿Cómo imaginarías el futuro de la educación / mediación del arte?

MC: Imagino que la educación en arte deba salir de los espacios de educación no formal e invadir los espacios de educación informal, y principalmente los espacios de educación formal. Creo que eso será una de las potencias más fuertes, no tan solo para estudiar la estética, sino, también y principalmente, para desarrollar la ética, que en esos tiempos turbulentos en que vivimos puede garantizar la convivencia pacífica entre todos.

Mila Chiovatto, licenciada en educación en las artes y el diseño en la Universidad Mackenzie; Maestría en Ciencias de la Comunicación, Sociología del Arte por la ECA-USP. Fue profesora de Historia del Arte y Estética en diversas instituciones de la educación superior. Entre otras acciones, ha coordinado el programa educativo en la XXIV Bienal de São Paulo. Ella es autora de varios materiales educativos en el arte para diferentes grupos de edad y perfiles públicos. Actualmente Mila Chiovatto es Coordinadora del Núcleo de Acción Educativa de la Pinacoteca del Estado de São Paulo. También es presidente del CECA / ICOM Comité de Educación y Acción Cultural del Consejo Internacional de Museos y miembro de la Alianza AAM Americana de Museos.

Imagen: M. C.
Entrevista: Cynthia Krell



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