¿En cuál contexto trabajas como una educadora de arte?
Aitziber Urtasun: Dirijo el Departamento de Didáctica del Museo Oteiza. Dicho museo alberga la colección personal del reconocido escultor y artista integral Jorge Oteiza (Orio,1908-San Sebastián, 2003), compuesta por 1.650 esculturas, 2.000 piezas de su laboratorio experimental, además de una extensa presencia de dibujos y collages. El Museo está centrado en la difusión del legado del artista, uno de los escultores fundamentales en la evolución del arte del siglo XX, autor de una trayectoria escultórica fundada en la experimentación estética basada en la desocupación de la formas y el vaciamiento de la escultura, además de polifacético creador interdisciplinar y responsable de numerosas aportaciones en el ámbito de la ensayística, poesía, antropología, arquitectura, lingüística y propuestas de socialización de la cultura y el arte.
¿Con quién trabajas?
AU: El Museo Oteiza cuenta con un equipo técnico de seis personas que trabajan de forma transversal para desarrollar distintos proyectos dentro del ámbito de la investigación, documentación, conservación, difusión y educación. También contamos con ayuda externa en base a las distintas acciones de la institución.
¿Cómo describirías tu entendimiento de la educación del arte?
AU: La educación del arte debe entenderse como un escenario de actividad enfocado no sólo a la formación del futuro artista sino a la formación de personas en un amplio sentido de la palabra. La educación en el arte y desde el arte debe proporcionar herramientas para formar una sociedad más crítica, sociable, empática y creativa.
¿Cómo describirías la relación entre educación y arte?
AU: El arte es un concepto enormemente amplio que en ocasiones pertenece al escenario íntimo de quien lo “construye”. Pero en el momento en que ponemos el arte frente al público (tanto desde el ámbito del ocio como dentro de las estructuras de “lo educativo”) es necesario comprender que hay que trabajar a favor de una mejor comprensión del mismo.
En este sentido el arte y su enseñanza pueden valerse de herramientas didácticas creadas para otros entornos, de la misma manera que la educación puede valerse del arte para implementar la enseñanza de lo “no artístico”. Si el arte se suma al escenario de la educación, y la educación tiene en cuenta al arte para ampliar contenidos y metodologías, el resultado siempre será enriquecedor para ambos. Es una apuesta de suma segura.
¿Por qué tratas de mediar el arte (contemporáneo)?
AU: El arte contemporáneo no se articula sólo desde lo estético sino que presenta un abanico de escenarios muy rico. A partir de los años 60 el artista comienza a proyectar su mirada sobre los microrelatos que componen nuestro ADN social y el arte toma contacto con cuestiones relacionadas con el género, la sexualidad o la política, entre otras. Este hecho no sólo supone un enriquecimiento para las narraciones dentro de la historia del arte sino que se presenta como una inmensa oportunidad para utilizar el arte en contextos educativos no artísticos. El arte como herramienta social, crítica y política para una didáctica más real y diversa.
¿Por favor describa cual es, en su opinión, la relación entre el funcionamiento como un conservador / curador y un educador de arte?
AU: En primer lugar habría que recordar que la figura del conservador en muchos museos se vincula al ámbito de la conservación y restauración de la obra de arte. Es decir, un perfil más técnico. Sin embargo, la figura del curador tiene como objetivo indagar en la historia y los contextos de creación de la obra de arte para articular nuevas formas de entenderla, nuevos caminos de diálogo y, en definitiva, nuevas formas de mirar. En este sentido, es muy importante la relación entre curador y educador ya que este último será el encargado de activar esas miradas y trasladar esas narraciones al espectador.
En mi opinión, ambas figuras siguen estando muy alejadas en las dinámicas de producción de las exposiciones, y en la mayoría de los casos a penas tienen contacto. Sería necesario que los educadores tengan conocimiento del enfoque y contenido de la exposición desde el principio porque su experiencia puede enriquecer notablemente la producción de la misma.
¿Qué importante son la educación y la mediación del arte para un museo / una institución?
AU: La educación debería ser una prioridad para la institución ya que no tiene sentido trabajar en la conservación de la obra de arte y en la producción de exposiciones si éstas no consiguen establecer diálogos constructivos con sus públicos.
La mediación es la herramienta para que la comunicación entre arte y educación sea eficiente y fructífera. Para ello, es necesario seguir luchando por una mayor profesionalización del sector. La precariedad laboral en el ámbito de la educación artística sigue siendo alarmante. El buen educador es un corredor de fondo que, más allá de su titulación universitaria, necesita de mucho trabajo de campo para crecer y desarrollarse. La precariedad y la sustitución de los profesionales por voluntariado en el sector de la educación artística hacen que la mayoría abandone la partida antes de empezar a ser buenos profesionales.
¿Qué instituciones proporcionan la oportunidad de hablar de nuestra experiencia personal con / respectivo el arte?
AU: El arte no debería discutirse o ponerse sobre la mesa sólo en las instituciones definidas como artísticas (museos, centros de arte, etc.) Si el arte puede ser una perfecta herramienta para ampliar la formación del individuo a un nivel no sólo cognitivo, sino también sensible y crítico, debería “invadir” espacios muy diversos como colegios, hospitales, centros penitenciarios, centros de la tercera edad, o las propias plazas de pueblos y ciudades. El arte no debe ser material exclusivo de artistas e instituciones. El arte nos pertenece a todos desde el momento en que fijamos nuestra mirada y pensamiento sobre él.
¿Hasta qué punto hace enseñar / mediar que el arte proporciona la oportunidad a acciones concretas para el publico / audiencia?
AU: En este punto es necesario recordarse de forma permanente que el museo no trabaja para un público sino para públicos. Es necesario que trabajemos hacia proyectos más transversales y diversos. Esa ecuación propia de los departamentos educativos de los museos de los últimos cuarenta años, entre actividades para público escolar, familiar y general, es más que obsoleta. Las realidades sociales son demasiado amplias para meterlas en una caja tan pequeña. Empezar a escuchar lo que ocurre en la calle para diseñar, crear y definir proyectos educativos en los museos puede ser la fórmula para cambiar esto. No podemos seguir siendo sordos y ciegos ante la sociedad, y seguir amparándonos en que el museo programa desde su colección no desde lo que ocurre alrededor de ella. La colección deber un herramienta para formar no el fin.
¿En tu opinión personal, cuáles son los criterios para mediar con éxito el arte? ¿En tu punto de vista, qué es sobre todo difícil sobre ello?
AU: El éxito en la mediación de arte sólo se puede dar si somos capaces de educar no sólo desde dentro (institución) hacia afuera (sociedad), sino también desde fuera hacia adentro. Educar en el arte no es distinto a educar en otros contextos. Hay que saber transmitir, contar, activar, pero también hay que saber escuchar y, sobre todo, tener la humildad de admitir que quien educa no lo sabe todo por lo que debe estar en constante formación.
¿Has desarrollado un método especial o una estrategia innovadora con la cual trabajas?
AU: No creo haber desarrollado ninguna estrategia innovadora pero sí creo en las metodologías activas en las que los públicos llegan al museo con preguntas y deben irse de él con otras nuevas.
Me interesa especialmente la ruptura de las narraciones cronológicas y ser capaz de utilizar el arte para contar historias a mi manera, escapando así de las narraciones cerradas de la historia del arte o del propio artista.
La historia y el artista tienen su discurso, más o menos coherente y válido, pero el educador no debe ser esclavo de ese discurso. Siempre cito a Oteiza en este caso y recuerdo sus palabras: “la obra de arte no educa, la obra de arte es una herramienta para servirnos de ella.” (1) No hay que tener miedo a repensar la historia del arte.
¿En que sigues trabajando en este momento?
AU: Desde hace años trabajo principalmente en dos líneas. La primera tiene relación con la ampliación de las relaciones entre museo y espacios que comporten algún tipo de exclusión social. Para mí es muy importante que el arte supere la barrera física del museo y llegue a otros espacios no artísticos así como a personas que no tienen, en principio, ningún tipo de contacto con el arte. Mi próximo proyecto tiene con punto de partida a la mujer migrante que confrontaré con la figura de Itziar, mujer de Jorge Oteiza, y como tantas mujeres de artista una gran olvidada. En definitiva, el objetivo es trabajar desde el arte realidades contemporáneas que parecen no tener relación directa con él. De nuevo el arte como herramienta.
La segunda línea de trabajo viene dada desde mi desarrollo personal como artista. Yo no genero obra como parte del mercado del arte pero me analizo a mi misma desde escenarios como la fotografía o la performance. Todo ello me sirve para descubrir nuevos caminos para contar historias que aplico después a mi labor cómo educadora. La creación artística como productora de didáctica no de obras de arte.
¿Cuál libros, proyectos etc. eran/son importantes para tu trabajo – y por qué?
AU: Nunca me ha gustado recomendar libros o artistas pero si tengo claro que para trabajar dentro de la educación artística contemporánea es necesario nutrirse del máximo posible de voces. Es fundamental no alimentarnos únicamente de lo contemporáneo y vencer nuestra pereza hacía el arte primitivo y clásico, porque podemos ampliar nuestro discurso en lo contemporáneo desde lo anterior. También considero necesario vencer el miedo a lo experimental y ponerse retos personales. El fracaso es la mejor enseñanza para construirse como buen educador.
Y no debemos olvidar que hay que leer mucha poesía. La poesía es la mejor gimnasia para el cerebro de aquellos que trabajamos en el mundo de lo etéreo, de lo imaginativo y de lo creativo.
¿Hay una pregunta especial la cual te gustaría preguntar a un educador de arte?
AU: ¿Qué estás intentando aprender en estos momentos de tu vida?
¿Cómo imaginarías el futuro de la educación / mediación del arte?
AU: La imagino más plural, más rica en lenguajes, más abierta a lo experimental, más crítica y con una mayor participación tanto de púbico como de profesionales que no vengan exclusivamente del mundo del arte. Pero debo ser franca y admitir que el cambio no lo veo tan cerca como me gustaría.
Aitziber Urtasun, nacida en Bilbao, Aitziber estudió Empresas y Actividades Turísticas en la Universidad de Deusto, Bilbao, e Historia del Arte en la Universidad Pública del País Vasco. Cursó también un Máster de Arte Contemporáneo en la Universidad de Deusto. Su carrera profesional comienza en Bilbao donde tras varios años como guía profesional independiente, empieza colaborando con el Departamento de Educación del Museo de Bellas Artes y del Museo Guggenheim Bilbao.
Dirige el Departamento de Didáctica del Museo Oteiza desde el año 2003. Su labor abarca desde el diseño de los programas y actividades educativas, la formación de educadores y profesorado, hasta la colaboración en el diseño de las exposiciones. Su labor en el ámbito educativo representa una intensa apuesta por el arte como herramienta social ya que sus proyectos tienen como objetivo descentralizar el ámbito de actuación de la institución para llevar el arte a espacios periféricos como centros penitenciarios, hospitales, asociaciones culturales o espacios públicos de calle. En paralelo, realiza comisariados de exposiciones: en el Museo Oteiza comisarió “Homo Ludens. El artista frente al juego”, y también ha comisariado para otras instituciones como el Musée Guetary de Francia, La Ciudadela y Centros culturales de Pamplona y Bilbao. Su labor educativa se complementa con una apuesta personal por la creación artística desde el ámbito de la fotografía o la performance. Su labor artística tiene como objetivo ampliar su mirada hacia nuevos horizontes que le permitan mejorar como educadora artística. http://blogs.noticiasdenavarra.com/estonoesunblog
Anotación 1: Quousque Tandem…! Ensayo de interpretación del alma vasca, edición crítica de Amador Vega, Fundación Museo Jorge Oteiza Fundazio Museoa, Pamplona, 2007. P. 191.
Imagen: “El muro de la desmemoria”, performance dentro el programa “El Barrio de los artistas”, Pamplona, Junio 2016
Entrevista: Cynthia Krell